Cuando planeamos hacer el Camino de Santiago, solemos elaborar una lista con todo lo que vamos a necesitar para superar esta ruta. Es en este momento donde surgen las dudas (especialmente si nos encontramos ante nuestro primer Camino y no tenemos experiencia en rutas a pie de varios días) sobre qué llevar o no en la mochila para mantener un peso razonable.
Desde la cabeza a los pies, vamos eligiendo la indumentaria que llevaremos, dejándonos aconsejar por algún conocido que tenga experiencia previa en el Camino o consultando en internet, especialmente si es nuestra primera vez. Entre todas las prendas y objetos, hay uno que suele quedar en segundo plano y al que no solemos dar la importancia que requiere: el calcetín. Una mala elección de calcetín puede echar por tierra un calzado de buena calidad y lo que es peor, hacer que la experiencia se convierta en una pesadilla. Si hacemos el Camino a pie, los pies serán la parte más importante y a la que tendremos que prestar la mayor atención y cuidados, pues son ellos los que nos llevarán a Santiago.
Para intentar guiar al peregrino a elegir la mejor opción para sus pies, comentamos a continuación los dos aspectos fundamentales que debe comprobar a la hora de elegir el calcetín ideal: material de fabricación y tipo de construcción.
1 – Fibras de composición:
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, debemos evitar los calcetines de algodón (Desventajas de las prendas de algodón para uso outdoor). El algodón, aunque es una fibra natural y resistente, no transpira lo suficiente y hará que el pie se encuentre húmedo, bien por el sudor o por humedad en el exterior. Además, no posee buena capacidad aislante del frío ni del calor. Un pie húmedo hace que la piel se ablande lo que facilitará la aparición de ampollas.
La otra opción que abunda en las tiendas especializadas son los calcetines en materiales sintéticos. Estos materiales, aunque pueden dar gran resistencia y buen ajuste al pie, además de ser transpirables, no aíslan adecuadamente en condiciones de humedad, y producen malos olores. Teniendo en cuenta que estaremos varios días caminando y que, seguramente compartiremos espacio de descanso con otros peregrinos, el asunto de los malos olores no es tema menor. El uso de sintéticos en general, no solo en calcetines, hace que en demasiadas ocasiones el aire de los espacios comunes sea irrespirable. La opción de lavar las prendas a diario puede ser algo tediosa tras una larga jornada y no siempre tendremos disponibilidad o tiempo para hacer la colada.
Por último, tenemos los tradicionales calcetines de lana, que han sido utilizados desde tiempos remotos. Su capacidad aislante tanto del frío como del calor, incluso en condiciones en mojado, así como su alta transpirabilidad y la ausencia de malos olores, hacen que sea la fibra ideal para toda actividad física al aire libre. Dentro de las lanas destacamos la lana Merino, que por su gran finura ofrece mayor confort en contacto con la piel y potencia el resto de cualidades de la lana (ver más ventajas de la lana Merino). Sin embargo, un calcetín 100% lana tendrá también sus inconvenientes. La lana, pese a ser resistente, puede que no sea lo suficiente resistente por si sola como para soportar largas caminatas varios días seguidos. Además, el ajuste al pie no será tan bueno como calcetines con elastano en su composición.
Para el Camino de Santiago, la opción que recomendamos es una combinación de sintéticos y lana Merino. Consideramos que un buen calcetín de trekking de lana Merino debe contener al menos un 65% de lana en su composición (es importante comprobar las etiquetas de composición). Para aportar resistencia al desgaste deben contener poliamida-nylon entre un 15-30% y finalmente elastano para mejorar el ajuste entre un 3-5%. Debemos evitar el poliéster, ya que es un material de inferior calidad al nylon y se utiliza principalmente para abaratar el producto, además de otros sintéticos como acrílicos que son sucedáneos sintéticos y baratos de la lana.
2 – Tipo de construcción:
Aunque la mayoría de calcetines son muy parecidos a simple vista, debemos comprobar que reúnen las características técnicas que se requieren para largas caminatas. En primer lugar, comprobaremos las costuras. Estas deben ser planas, sin abultamientos que puedan producir rozaduras. Posteriormente, comprobaremos la elasticidad del calcetín. Para un buen ajuste debe tener una banda elástica que rodee el arco del pie, así como sujeción elástica en la zona del tobillo. De esta manera nos aseguraremos que el calcetín no se desliza. Por último, comprobaremos que las zonas del talón y puntera están reforzadas.
En lo que respecta a las zonas acolchadas con rizo, existen numerosas variantes, desde los modelos que no tienen ningún tipo de acolchado de rizo hasta los que están completamente acolchados. Para el Camino de Santiago nuestra recomendación será contar con un acolchado por toda la planta del pie, incluida la zona superior de los dedos y la parte trasera del talón, dejando lisa la parte del empeine para una mejor ventilación. De esta forma, tendremos una protección extra contra posibles erosiones cutáneas y el propio desgaste del calcetín. Un calcetín liso, sin acolchado, puede ser más ligero y fresco para los meses de verano, sin embargo, los pies podrían sufrir en exceso ante el continuo roce con el calzado, especialmente los pies poco entrenados. Tampoco recomendamos un calcetín completamente acolchado, el Camino de Santiago transcurre en su mayoría por zonas de baja altitud, lo que, sumado a la actividad aeróbica, podría recalentar los pies en exceso.
En general debemos buscar un calcetín que se ajuste bien al pie pero que no oprima demasiado, especialmente en la zona de los dedos y la pierna. Para evitar las temidas ampollas, las costuras deben ser planas y es recomendable contar con acolchado en la planta del pie incluidos los dedos y el talón. En lo que respecta a las fibras de composición, en Skaapherder siempre apostamos por fibras naturales como la lana Merino, aunque en el caso de los calcetines, debe ir acompañada de un pequeño porcentaje de nylon y elastano.